Aunque no haya sido noticia de primera página, la constatación del expolio que ha supuesto para las arcas públicas, Sareb, el “banco malo”, no ha pasado desapercibido.
Creada en 2012 por Rajoy y De Guindos para comprar los denominados “activos tóxicos” de las entidades bancarias rescatadas, esta sociedad adquirió viviendas, suelos y préstamos por valor de 50.781 millones de euros. Con el objeto de que no impactase negativamente en las cuentas de las Administraciones Públicas, Sareb se constituyó con mayoría de accionistas privados sin consolidar su balance con las cuentas del Estado. Pero, aunque el Estado solo tiene el 45% de las acciones, aportó el 95% de la financiación. Eurostat se ha dado cuenta de la trampa que hizo el PP y eso hace imprescindible cambiar la ley.
Antes ya cargábamos con el aval de la deuda emitida por Sareb que fue en el inicio más de 50.000 millones de euros, pero ni esa cifra ni las pérdidas que cada año ha tenido el banco malo se imputaban como si fueran públicas.
Pero lo eran.
Aunque De Guindos decía en 2012 que Sareb no nos costaría ni un euro a la ciudadanía, la realidad es que nos ha salido por un ojo de la cara. No es nuevo porque lo mismo ha pasado con el resto del rescate bancario que, como recordaréis, iba a ser un préstamo que nos devolverían o como el de las autopistas de peaje que nos saldría gratis.
Bueno, pues con Sareb, los “buenos gestores” también nos mintieron.
En junio de 2021 la sociedad se había tragado los 1.200 millones puestos de capital y los 3.600 millones de deuda subordinada que habían puesto los accionistas. En total 4.800 millones. Pero además el patrimonio neto de Sareb era negativo en casi 9.700 millones de euros. En total un agujero que asciende a unos 14.500 millones de los que 12.000 millones son públicos. Hablar de cifras con muchos ceros nos hace, quizás, perder la perspectiva, pero este importe equivale a pagar 4 años el Ingreso Mínimo Vital a 1 millón de familias.